Huawei ya tiene un verdadero flagship. Se llama Huawei P20 Pro, y con su cámara triple promete plantar cara a Samsung, Apple y Google en su propia cancha.
Este no es un análisis habitual.
Comencé a probar el Huawei P20 Pro el lunes, justo un día antes de anunciarse públicamente en París. Pero las 48 horas que han transcurrido desde la recepción del teléfono hasta la publicación de este análisis son escasas para emitir un veredicto completo sobre el producto y sus prestaciones.
A lo largo de los próximos días actualizaremos este mismo análisis con opiniones más profundas y detalladas sobre la experiencia de uso de este Huawei P20 Pro.
En su particular camino hacia la cima, Huawei ha empleado una fructífera estrategia: marketing de gama alta; producto competitivo.
Es una táctica que vimos muy bien ejecutada con el Huawei P10. Se llenaron marquesinas, se inundaron los periódicos y se conquistaron todos los canales de televisión con spots de varios segundos. Huawei, pese a no tener el mejor gama alta del momento, hizo un all-in en publicidad que, junto con el competitivo precio del producto, les permitió sacar una buena tajada.
Este año, por fin, el flagship de Huawei sí está a la altura.
Por encima de aquel P10 se lanzó un P10 Plus que aspiraba a ser su verdadero gama alta. Presumía de mejor cámara, mejor pantalla y, cómo no, un precio cercano al de los mejores. Sin embargo, Huawei era consciente de que ese producto no estaba al mismo nivel que los de Samsung y Apple, por lo que centró todos sus recursos y esfuerzos en sacar el mayor partido (comercial y económicamente) a su hermano menor.
Con el nuevo Huawei P20, en cambio, la historia está siendo diferente. El protagonismo de la variante Pro ha aumentado considerablemente, y hay una razón muy simple para ello: este año, por fin, el flagship de Huawei sí está a la altura.
Abrazando el notch
Como ya comenté, el P20 es una muestra inequívoca de la falta de personalidad que sufre Huawei. El diseño exterior de este nuevo teléfono es vergonzosamente similar al del iPhone X, y Huawei, probablemente, lo haya hecho adrede.
Pero dejando al margen las similitudes con el retoño de Apple, he de reconocer que, tanto estética como funcionalmente, el Huawei P20 Pro es uno de los teléfonos más bonitos y pulidos que he sostenido en mis manos.
Eso sí: el P20 Pro es un terrible imán de huellas y suciedad. Sostenerlo unos minutos en la mano es suficiente para que la región trasera del equipo quede impregnada de huellas dactilares y manchas varias. Otros teléfonos con acabado cristalino, como el Galaxy S9, también sufren de este mismo problema, pero el caso del P20 Pro es especialmente acentuado.
Dandole la vuelta al teléfono encontramos el prominente y destacado notch, una muesca que esconde la cámara principal y el auricular para las llamadas de teléfono.
Al igual que ocurre con el iPhone X, el notch se hace invisible tras varios minutos con el teléfono. Está ahí, sí, pero te habitúas a él y no interfiere con la experiencia de uso.
El notch se hace invisible tras varios minutos con el teléfono.
Hay que esperar, eso sí, a que los desarrolladores adapten sus aplicaciones a este tipo de elementos físicos. Instagram Stories, por ejemplo, muestra ciertos «botones» bajo el área del notch, dificultando su pulsación y la correcta operatividad de la aplicación.
Mientras la adaptación ocurre, la mejor opción quizá sea camuflar el notch mediante un sencillo ajuste integrado por Huawei. Este apaga los píxeles cercanos al notch y devuelve la línea recta a la región superior.
Creciendo por dentro
En el interior del Huawei P20 hay mucho continuismo y varias sorpresas interesantes. En pocos puntos:
- Mismo gobernador. El jefe del condado vuelve a ser el Kirin 970, un SoC que ya integró Huawei en el Mate 10. En tests sintéticos, este chip ofrece un rendimiento algo inferior al de Apple y Qualcomm, pero esa inferioridad apenas es perceptible en el uso habitual del teléfono. Todo fluye y funciona de forma correcta.
- Más inteligencia artificial. El Kirin 970 integra un motor neuronal que permite realizar tareas locales de inteligencia artificial. Esto, junto con las APIs de Android 8.1, permite sacarle más partido y mejorar el rendimiento del teléfono en algunos aspectos. Sigue sin ser la revolución que los fabricantes venden, pero se progresa respecto a lo que ya teníamos.
- El EMUI de siempre. El software de Huawei repite, para lo bueno y para lo malo, en el P20 Pro. Es veloz, eficaz y está repleto de opciones interesantes. ¿La parte negativa? Que, estéticamente, no casa en absoluto con las líneas de diseño desarrolladas por Google. Pasar de una aplicación de Huawei a Spotify o Gmail es, casi, como utilizar teléfonos diferentes.
- Desbloqueo facial y lector de huellas dactilares. El P20 Pro sigue la estela de Apple e integra un sistema de reconocimiento facial —además del efectivo y maravilloso lector de huellas dactilares—. El desbloqueo por rostro funciona a las mil maravillas: es rápido y te identifica incluso en condiciones lumínicas adversas. ¿La parte negativa? Que no es tan seguro como el lector dactilar y, por lo tanto, cualquier persona con algo de creatividad podría llegar a engañarlo.
- Abrazando el OLED. El P20 Pro, como ya ocurriera con las variante Pro/Plus de los modelos anteriores, apuesta por la tecnología OLED para impulsar su representación de imagen. A priori, el panel no presenta grandes defectos como el del Pixel 2 XL, y la representación de color parece bastante acertada. Habrá que pasar más tiempo junto a él para determinar si este OLED está en la misma ventana que el del iPhone X y el Galaxy S9+.
- Batería a raudales. Gracias a los 4.000 mAh de batería, el P20 Pro apunta muy alto en lo que a autonomía se refiere. Es pronto para confirmar las sospechas, pero, dadas las similitudes con el Mate 10, hay motivos para mantener la esperanza.
Cámara espectacular
Durante años, Huawei ha hecho mucho énfasis en las capacidades fotográficas de sus teléfonos. Este año, no obstante, es la primera vez que realmente cumplen las expectativas.
El P20 Pro quizá tenga una de las mejores cámaras del momento.
En las 48 horas que llevo junto al P20 Pro, me han sorprendido tres cosas: el tremendo nivel de detalle que mantiene en baja luz, el mejorado modo retrato y lo apropiado que resulta el zoom variable de su cámara. A priori, esos son los tres aspectos en los que el set de cámaras de Huawei brilla por encima de Pixel 2 XL, Galaxy S9+ y iPhone X.
¿Es esta la mejor cámara del mercado? Quizá sea pronto para determinarlo. Lo que sí resulta incuestionable es que Huawei, gracias al P20 Pro, se ha hecho con un billete directo a los playoff de la fotografía móvil.
Conclusión
En las poco más de 48 horas que llevo con el Huawei P20 Pro, la sensación recogida ha sido muy positiva. Es el primer flagship que fabrica Huawei y que realmente se siente como tal.
Queda por ver si en aspectos particulares como la fotografía o la pantalla es capaz de superar a los «reyes del sector». Pero, en términos generales, Huawei puede quedar satisfecha con el buen producto que han logrado elaborar.
Fuente: Hipertextual
Nicolás Rivera – Mar 28, 2018